Foro por la Memoria Zamora

viernes, 23 de agosto de 2019


EN MEMORIA DE JESÚS LÓPEZ FERRERO (1906-1936) Y JUSTO LÓPEZ FERRERO (1904-1936)



El 24 de agosto de 1936 fueron asesinados en el cementerio de Bermillo de Sayago varios detenidos que durante las semanas anteriores habían sido trasladados a la prisión de partido desde Zamora. Entre las víctimas de esta saca se encontraban varias personalidades destacadas del movimiento obrero zamorano.

Uno de ellos, que aparece en la fotografía del diario La Tarde, era Jesús López Ferrero. Nacido en Zamora en 1906, hijo de Francisco López Ferrero y Sabina Ferrero Robleda (natural de Otero de Centenos), era secretario de la Sección de Banca y Escritorio de la Casa del Pueblo de Zamora, y desde 1932, vocal de la sección de Oficinas del Jurado Mixto de Oficinas y Banca.

En noviembre de 1932 comenzó a trabajar en la Oficina Provincial de Colocación Obrera y Defensa contra el Paro, creada en aplicación de la Ley de 27 de noviembre de 1931, y fue elegido presidente de la Comisión Inspectora, organismo de carácter paritario.

Según el diario La Tarde, “de débil contextura física” (…) continuamente ha estado vigilado y perseguido, habiendo resultado ineficaces todas las medidas adoptadas, ya que nunca se le ha probado nada. Debe ser para las autoridades uno de los principales ‘cocos’ de la Casa del Pueblo, por el hecho de que casi siempre ha estado desempeñando cargos de dirigencia (sic) y responsabilidad”. En noviembre de 1934, desempeñando accidentalmente la secretaría de la Federación Provincial de Sociedades Obreras, fue detenido bajo la acusación de participar en la organización de la huelga general revolucionaria del mes anterior. Durante su detención fue torturado brutalmente por la policía, según relató él mismo en una entrevista publicada en marzo de 1936, a la que corresponde la fotografía que se adjunta. En enero de 1935 fue detenido nuevamente, con su hermano Justo, bajo la acusación de “redacción de hojas subversivas”, circunstancia a la que los hermanos atribuyeron el repentino fallecimiento de su padre en el mes de febrero.

En 1936 ascendió al puesto de jefe del Servicio Provincial de Colocación, que desempeñaba en el momento de su detención, tras el golpe de estado de julio de 1936. Trasladado a la cárcel de Bermillo de Sayago, fue asesinado el 24 de agosto del mismo año. 



Junto a él fueron asesinadas otras tres personas: el concejal del Ayuntamiento de Zamora Isidoro Villalba Calvo, de 51 años, casado y natural de Carbajales de Alba, vocal de la Agrupación Socialista y los jóvenes miembros de la JSU Julio Platón Rodríguez, de 22 años (otros dos hermanos suyos, José y Pascual, serían también asesinados) y Arturo Ruiz Folgado, de 24 años.

Por circunstancias de la brutal simetría de la maquinaria de exterminio puesta en marcha de los golpistas, el mismo día fue asesinado en Zamora otro de los hermanos López Ferrero, Justo, de 32 años, dependiente de comercio, desde 1931 concejal del Ayuntamiento de Zamora y cuarto teniente de alcalde. En 1932 había sido elegido presidente del comité ejecutivo de la Federación Provincial de Sociedades Obreras y miembro del consejo de administración del diario La Mañana. En octubre de 1934 fue suspendido como concejal y en enero de 1935 detenido junto a su hermano Jesús, y tras la victoria del Frente Popular en las elecciones generales de febrero de 1936 recuperó su acta de concejal. El asesinato de Justo López Ferrero formó parte de una saca de once detenidos de la cárcel de Zamora, que incluyó también a: Eloy González de Inés, herrero de 24 años, presidente de la Sociedad Obrera de Villalube; José Gallego Granados, jornalero de 59 años, concejal socialista en el Ayuntamiento de Villalpando; Marcelo Lozano Díez, barbero de 50 años y alcalde de El Perdigón, y sus convecinos Graciano López Rodríguez, de 17 años, y Heliodoro Martín Segurado, de 37 años; y los vecinos de Zamora Manuel Guerrero Moro -panadero de 55 años y uno de los fundadores de la CNT en la capital-, Domingo Espinosa Galván, de 19 años, y Antonio Nieto Jáñez, de 25 años, que había sido testigo de cargo en el juicio por el asesinato de Rafael Ramos Barba.


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