SEBASTIANA TOBAL ANTÓN
(CASASECA
DE LAS CHANAS, 1895-ZAMORA, 1936)
Nacida en Casaseca de las Chanas,
cursó estudios de magisterio, aunque no ejerció la docencia. Se casó con Narciso
Silva Antón, sastre dos años mayor que ella y el matrimonio se instaló en la
calle de Quebrantahuesos. Cerca de allí, en la plaza de Zorrilla, Narciso tenía
su sastrería, que posteriormente se trasladó a la calle de San Torcuato. Al
constituirse la Sociedad de Maestros Sastres La Confianza, vinculada a la
Federación de Sociedades Obreras, Narciso fue elegido vocal.
Integrada en la agrupación local
del Partido Republicano Radical de Zamora, presidida por Emilio Corti, tras la
escisión de los radicales en 1932, Sebastiana ingresó en el Partido Republicano
Radical Socialista, cuya agrupación local presidía Higinio Merino. Entre los
109 afiliados que el partido tenía en la ciudad a comienzos de 1934 no había
más mujeres que Juliana Villaseco, María F. Pérez García, Trinidad Montero y la
propia Sebastiana Tobal.
Durante su época de militancia
radical-socialista Sebastiana, la conciencia de las dificultades que el programa
reformista republicano encontraba en una sociedad tradicional como la de Zamora
la llevó a expresar sus ideas en la prensa, a través del diario republicano La Mañana. Aunque es posible que esta
colaboración se iniciara bajo seudónimo, su firma apareció por primera vez al
denunciar las agresiones derechistas durante la campaña electoral de las municipales
parciales de abril de 1933, y en concreto el asalto sufrido por la Casa del
Pueblo de Casaseca de las Chanas –de la que formaba parte su hermano menor,
Wenceslao Tobal- durante un mitin socialista. Una vez celebradas las
elecciones, Sebastiana publicó el 29 de abril un artículo en el que señalaba a Francisco
Avedillo, empleado de la Diputación al que señalaba como cacique local e
inductor de un violento núcleo derechista que, con el tiempo, se llegaría a
articular en torno al grupo falangista dirigido por Francisco Maíllo Cuesta. En
el mismo medio, el 18 de mayo publicó un artículo titulado “Viva la República”,
en el que acusaba a los patronos locales de comprar votos para la derecha bajo
el amparo de la caridad cristiana. Sus colaboraciones con La Mañana –diario que
dejó de publicarse poco después- finalizaron el 7 de julio con una columna en
la que denunciaba la hipocresía moral de la derecha católica.
Aunque no hemos encontrado
indicios de la continuidad de la presencia pública de Sebastiana Tobal, es
evidente que no sólo había adquirido notoriedad sino que se había ganado
enemigos peligrosos. En cuanto a Narciso Silva, su pertenencia a la junta
directiva de una organización sindical lo situaba en la larga lista negra de
posibles objetivos de la represión
Tras el golpe de estado de 1936,
la represión se abatió sobre Casaseca de las Chanas, y el 20 de agosto se
produjo la matanza de cuatro vecinos del pueblo –Baltasar Villaseco de Asís,
Victoriano Fernández Calvo, Joaquín Morales Pérez y Pedro Pérez Ufano-, a los
que seguirían Gregorio García Maíllo y Salvador Benito García el 21 de octubre.
Aunque en el mes de agosto Narciso
Silva se doblegó ante la extorsión de los golpistas entregando dinero en la “suscripción
nacional para el Tesoro Público”, en un intento por salvar a su familia, no
sirvió de nada y el 20 de octubre fue asesinada Sebastiana Tobal, junto a dos
vecinos de Coreses, dos de Sanzoles y uno de Moraleja del Vino. El 29 de
octubre, a la edad de 36 años, fue asesinado Wenceslao Tobal, junto a diez
vecinos de El Perdigón y uno de Zamora. Finalmente, y con el habitual pretexto
del traslado a Bermillo de Sayago, Narciso fue asesinado el 4 de noviembre,
junto a ocho vecinos de Cañizo.
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