Lorenzo Almaraz nació
en Villamor de la Ladre en 1887. Teniente de infantería, se casó con Felisa
Garrote, con la que tuvo seis hijos, todos los cuales eran menores en 1936. En
Zamora residió en la plaza entonces llamada de Julián Pérez. Fue miembro
fundador de la agrupación local del Partido Republicano Radical-Socialista y,
tras la disolución de este partido, participó en la fundación de la agrupación
de Izquierda Republicana de Zamora, de la que fue secretario y por la que llegó
a ser candidato a compromisario en las elecciones de abril de 1936. Tras el
golpe de estado de julio de ese año, cruzó la frontera portuguesa y consiguió
pasar a la zona leal, en la que, aunque ya estaba retirado, se reincorporó al
servicio activo y luchó contra los sublevados, alcanzando el grado de
comandante del Ejército Popular de la República Española. Tras la victoria de
los franquistas, fue hecho prisionero, juzgado en consejo de guerra, bajo la
acusación de “adhesión a la rebelión” y condenado a muerte, sentencia que fue
ejecutada el 5 de abril de 1940, a
las 6 de la mañana, en el campo de tiro de Casillas (Córdoba). Junto a él murieron otros cinco militares leales,
los tenientes Damián Contreras Moreno, Felipe Gallardo Linares, Eugenio Muñoz
Hoyuela, el alférez Antonio Fernández Sánchez, y Enrique Medina Vega, cuya
graduación desconocemos.
El franquismo no se
conformó con arrebatarle la vida sino que también expolió a su familia. Ya en
los últimos meses de 1936 se le incluyó en el primer expediente de la Comisión
de Incautación de Bienes, junto a otros republicanos zamoranos asesinados en
los meses inmediatos al golpe, como Higinio Merino, Isaac Vega, Amparo Barayón,
Antonio Pertejo o Valentín Ferrero. Este afán implacable se prolongó a través
de un procedimiento de responsabilidades políticas en el que, por sentencia de
5 de enero de 1944, la familia Almaraz tuvo que hacer frente a una sanción de
5.000 pesetas que se sumó a la obligación de hacer frente a los créditos
bancarios para gastos electorales de Izquierda Republicana, de los que Lorenzo
Almaraz e Higinio Merino (también asesinado) habían sido avalistas.
Dos años más tarde, en
1946, una de sus hijas, Florinda, sería detenida bajo la acusación de formar
parte de la organización clandestina del PCE de Zamora. En esta caída, Florinda
coincidió con otros jóvenes zamoranos, como Pilar Merino, Amable García o
Magdalena Maés Barayón, hijos o parientes de republicanos asesinados en 1936.
Como podemos ver en las fotos que acompañan este texto, el nombre de
Lorenzo Almaraz de Pedro figura en el panel 1-2 del Muro de la Memoria del
cementerio de San Rafael de Córdoba, junto con los de otros miles de obreros y
republicanos que allí fueron asesinados (más de 1.500 entre 1939 y 1975, que se
suman a las más de 6.000 víctimas de la represión de los tres años anteriores).
Honor y gloria.
Eduardo
Martín, 5 de abril de 2016
Fuentes:
Moreno Gómez,
Francisco, Córdoba en la posguerra (la
represión y la guerrilla, 1939-1950), Córdoba, Francisco Baena, 1987.
Archivo Histórico
Provincial de Zamora, Comisión de Incautación de Bienes.
Archivo Histórico
Provincial de Zamora, Gobierno Civil (Asociaciones).
Agradecemos la colaboración
de Adoración Martín, Pilar Merino y Orosia Castán.
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