OLIVARES (ZAMORA), 1936:
UN BARRIO OBRERO AHOGADO EN SANGRE POR EL FASCISMO
UN BARRIO OBRERO AHOGADO EN SANGRE POR EL FASCISMO
Introducción
Cuando Millán Astray propugnaba “entrar a cuchillo en los
barrios obreros” no hablaba en sentido metafórico. La mejor prueba de ello se
encuentra en el barrio zamorano de Olivares, situado a sólo unos centenares de
metros de la casa donde el entonces coronel se alojaba en sus visitas a la
ciudad. Sin duda, los golpistas consideraban que este barrio merecía un
escarmiento ejemplarizante, no en vano se trataba de uno de los pocos distritos
–junto a los de Puente Viejo, Cabañales, San Frontis, Pantoja, San Lázaro Este
y Oeste y Los Molinos- en los que el Frente Popular había ganado las
elecciones, dentro de una ciudad y una provincia mayoritariamente
conservadoras. El paradigma de esta política de exterminio es la calle
Abrazamozas, ocho de cuyos vecinos (en una calle de seis edificios habitados)
fueron asesinados.
Olivares, arrabal sucesor de uno de los vecindarios o
“pueblas” creados al pie de las murallas, había estado habitado tradicionalmente
por artesanos –alfareros o ceramistas- y trabajadores manuales, fundamentalmente
de la industria harinera localizada en sus molinos (aceñas). La tradicional
actividad alfarera se había revitalizado a mediados del XVIII con la llegada de
alfareros originarios de Jiménez de Jamuz (León), como Antonio Cabañas Prieto,
fundador de una dinastía que se prolongaría durante más de un siglo, de la que
el representante más conocido sería Lucas Cabañas, que llegaría a ser concejal
en el ayuntamiento y a dar nombre a una calle del barrio. La crisis de la
artesanía causó la proletarización de buena parte de la población del barrio, y
en el padrón de 1873 encontramos sólo once alfareros, mientras que los
jornaleros representaban alrededor del 50% de la población activa. En 1936, la
población obrera del barrio se había triplicado y la alfarería casi había
desaparecido.
Un barrio obrero y
combativo
Se trataba de un barrio de larga tradición de asociacionismo
obrero, mantenida a lo largo del período republicano, incluso en momentos
críticos como las elecciones generales de 1933. En las elecciones de febrero de
1936 el Frente Popular ganó en Olivares con un 53’9% de los votos.
En la calle Trascastillo tenía su domicilio el electricista Ángel
Salvadores, primer presidente de la Federación Provincial de Sociedades Obreras
(1922), y vicepresidente de la agrupación socialista de Zamora (1933). En la
calle Nueva vivía el jornalero Tristán Maíllo Lagares, natural de Jambrina, secretario
de la Sociedad de Obreros Agrícolas y vocal de los Jurados Mixtos del Trabajo
Rural, que sería uno de los firmantes de las Bases del Trabajo Rural de la
provincia aprobadas el 23 de junio de 1936. En los Jurados Mixtos trabajaba
como ordenanza Antonino Cabañas Bernardino, descendiente de Antonio y Lucas
Cabañas y vocal del comité provincial del PSOE en 1931, que completaba su
sueldo trabajando como zapatero.
Las Juventudes Socialistas contaban con bastantes afiliados y
simpatizantes en Olivares, entre ellos el encuadernador Evaristo Peláez,
miembro fundador de la Sociedad Deportiva Obrera, y otros más jóvenes como
Ignacio Barrios, el pintor Trinidad Esteban o Rafael Ramos Barba.
El albañil Ignacio Higuera Vara, que vivía en la calle Gijón,
fue en 1932 uno de los fundadores de la CNT en Zamora (su hermano Antonio, que
trabajaba como zapatero, estaba casado con una hermana de Antonino Cabañas).
Otros vecinos del barrio pertenecientes al Sindicato Único eran los hermanos
Amador y Juan Manuel Villalpando Riego, que trabajaban como jornaleros.
Recién proclamada la República, Antonino Cabañas denunció
ante el nuevo ayuntamiento la usurpación de bienes comunales en el barrio, que
fue planteada en el pleno municipal y en la comisión de policía urbana. Este
protagonismo comunitario, unido a su militancia socialista y a su trabajo en
los Jurados Mixtos, lo convirtió en una persona odiada por la derecha. Tras la
huelga revolucionaria de octubre de 1934, fue detenido, como tantos miembros
del PSOE, y la prensa derechista no dejó pasar la ocasión de calumniarlo. El
Correo de Zamora se hizo eco de la descabellada acusación según la cual, “según
el rumor público, había sido nombrado verdugo por el Comité revolucionario de
esta capital para el caso de que el movimiento sedicioso hubiera triunfado en
España”, pero este bulo no fue suficiente para fundamentar que fuera condenado.
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Cortejo fúnebre de Rafael Ramos Barba a la salida de su casa |
Los enfrentamientos entre los militantes obreros y los
sectores más radicalizados de la derecha se dejaron sentir en el barrio, y el
cenetista Ignacio Higuera fue herido en un enfrentamiento durante la campaña
electoral de 1933. El herrero Alfonso Baladrón Maderal fue detenido al año
siguiente después de un enfrentamiento con falangistas. En mayo de 1936, en la
plaza de los Ciento, a pocos metros del barrio, un joven de Olivares, Rafael
Ramos Barba, fue asesinado por Manuel de Lera, padre de un joven falangista con
el que Rafael había tenido un enfrentamiento poco antes. En el momento de
producirse el suceso se encontraba presente Antonio Higuera Vara, que sería
llamado a declarar como testigo de cargo. El cortejo fúnebre de Rafael Ramos
partió del barrio de Olivares escoltado por jóvenes militantes de las JSU, y
después del entierro se produjeron enfrentamientos que concluyeron con el
linchamiento del falangista Martín Álvarez. El juicio se celebró un mes más
tarde, y Antonio Higuera, como otros testigos de cargo, quedaría señalado como
objetivo para la represión (no en vano, uno de los protagonistas de la trama
civil del golpe, Venancio Hernández Claumarchirant, que en aquel juicio
defendía a Manuel de Lera, seguiría recordando varias décadas más tarde, la
actitud “desafiante” de los testigos, tan distinta de la que se suponía que
debía tener un obrero frente a un tribunal).
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Cortejo fúnebre de Rafael Ramos Barba camino del cementerio |
La calle Abrazamozas,
símbolo de la represión en Olivares
Según el padrón de matrículas de 1935, los seis edificios
habitados de la calle Abrazamozas (números 1, 2, 3, 5, 7 y 9) estaban poblados
por nueve unidades familiares. Algunas de estas familias vivían en el barrio
desde varias generaciones antes, mientras que otras acababan de trasladarse
desde sus pueblos de origen en busca de trabajo.
En el primer caso se encontraban dos zapateros, Antonino
Cabañas Bernardino y su cuñado Antonio Higuera Vara. Antonino, nacido en 1888,
estaba casado con Candelas de la Iglesia, y el matrimonio tenía seis hijos de
edades comprendidas entre los 19 años de la mayor, Decorosa, y los cuatro del
menor, Andrés, y vivían en el número 5.
La hermana menor de Antonino, Carmen Cabañas, estaba casada
con otro zapatero, Antonio Higuera Vara, de 41 años, y ambos vivían en la casa
contigua a la de los anteriores, con cuatro hijos de los que la mayor, Rosalía,
tenía doce años y el menor, Gonzalo, dos. Un hermano de Antonino llamado
Ignacio estuvo en 1932 entre los fundadores de la CNT en Zamora.
Antonino Cabañas Bernardino |
También era oriundo de la capital el jornalero Ángel
Corredera Fernández, de 54 años, que vivía con su esposa y con sus hijos
Gerardo y Julio, de 22 y 16 años y de la misma profesión, en el único portal de
los pares, el número 2 de la calle.
De Moraleja del Vino había venido Inés Gutiérrez Fernández,
soltera, que vivía con sus dos hijos adolescentes, nacidos en Zamora. Otra
familia monoparental la formaban el botero Manuel Carpintero Dueñas, viudo de
49 años, natural de Roales, y su hija Mercedes, de 18 años, también
domiciliados en el número 5.
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Gerardo y Julio Corredera |
El albañil Alejandro Manso Vicente, de 58 años, natural de
Toro, vivía con su esposa, dos hijas solteras, de 30 y 22 años, en el número 3;
un hermano de Alejandro, llamado Serafín, residente en San Lázaro, fue herido
de gravedad en abril de 1936 en un enfrentamiento por “la diferencia de
ideología política” y sería asesinado en agosto del mismo año.
El cantero José María López García, natural de Villavieja de
Yeltes (Salamanca), vivía en el número 1 con su esposa Ramona y sus seis hijos,
de edades comprendidas entre los 21 y los seis años, de los que algunos habían
nacido en el pueblo de origen de sus padres, otro en Molares y los menores ya
en Zamora. Los varones, Desiderio, José Manuel y Julián, trabajaban como
albañiles.
Los otros habitantes censados en la calle eran dos hermanos
naturales de Villalcampo, Leandro Lorenzo Miguel, pastor de 50 años, y Juliana,
viuda, que vivían en el número 7 con la esposa y el hijo del primero.
Entre el cierre del padrón de 1935 y el verano de 1936 se
producen variaciones en la población de la calle, de forma que se incorporan no
menos de otros tres habitantes: Inocencia Escribano García, de 44 años y
profesión “sus labores”, domiciliada en el número 1, y en el portal contiguo, el
albañil de 57 años Manuel Dueñas López y el botero Miguel Gómez Álvarez, de 48
años, natural de Vezdemarbán, casado con Cecilia Muñoz Angulo y con cinco hijos.
Cronología de la represión en el
barrio de Olivares
Las detenciones de afiliados y simpatizantes de
organizaciones obreras se iniciaron en los días inmediatos a la toma del
control de la ciudad por parte de los golpistas. Varios vecinos de Olivares se
encuentran entre los detenidos que fueron trasladados a la cárcel del partido
de Toro.
El 4 de agosto de 1936 fue asesinado Ángel Salvadores Franco,
junto a otras personalidades odiadas por la derecha zamorana, como el maestro
Valentín Ferrero o el alcalde de Aspariegos, Diego Ballesteros, en una de las
primeras sacas de la cárcel provincial (para hacernos una idea de la prisa de
los golpistas por acabar con ellos, este asesinato es anterior en dos días a
los de Antonio Pertejo y Manuel Antón.
El 9 de agosto Tristán Maíllo Lagares desapareció tras ser
sacado de la prisión provincial, supuestamente para su traslado a la cárcel de
Bermillo. Su entierro no consta en el registro del cementerio de Zamora y su
fallecimiento no sería inscrito hasta marzo de 1941, a instancias de su viuda,
Brígida Crespo.
El 25 de agosto el falangista Juan Luis Rodríguez sacó de la
cárcel de partido de Toro a Amador Villalpando Riego y Narciso Jordán Cubero,
junto a otros dos detenidos, todos los cuales fueron “encontrados muertos”.
El 2 de septiembre fue asesinado Antonino Cabañas Bernardino.
El día anterior, el Boletín de la Provincia y la prensa local habían publicado
su destitución como empleado público, por orden del gobernador civil, junto a
la del vicepresidente de los Jurados Mixtos, Manuel Calvo Alba, que también
sería asesinado. Según la familia Cabañas, a Bernardino “lo mataron tres
veces”, pues antes de ser asesinado había sufrido dos detenciones en el curso
de las cuales sufrió brutales palizas.
El 8 de septiembre fueron asesinados Isaac Antón González y
José Álvarez Luis, tras ser sacados de la prisión provincial, supuestamente
para su traslado a la cárcel de Bermillo.
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José Álvarez Luis y su esposa, María Ruiz Arias |
El 13 de septiembre fue asesinado Enrique Fernández García, sacado
de la cárcel de Toro.
El 16 de septiembre fue “hallado muerto” en el cementerio de
Zamora Antonio Jorge Iglesias.
El 17 de septiembre fue asesinado Trinidad Esteban Bailón, al
que un consejo de guerra celebrado el 25 de agosto había condenado a 15 años de
prisión por “auxilio a la rebelión”, acusado de participar en la distribución
del Boletín de Información de las Sociedades Obreras por cuya elaboración
fueron condenados Antonio Pertejo y Manuel Antón. Otros jóvenes acusados y
asesinados por los mismos hechos fueron José Ferrero Miranda, Carmelo García
Rueda, José Herrero Rodríguez y María Salgado Ferreras. Todos ellos fueron
encausados, después de muertos, por la jurisdicción de Responsabilidades
Políticas.
El 18 de septiembre, Miguel Gómez Álvarez fue sacado de la
cárcel de Toro en una gran saca realizada por fuerzas de Falange y de la
Guardia Civil y Guardia de Asalto, de la que fueron víctimas un total de
veintiocho detenidos, principalmente vecinos de Zamora y Morales de Toro.
El 21, Antonio Higuera Vara, fue sacado de la cárcel de
Zamora con el pretexto de traslado a Bermillo y “encontrado muerto” en el
cementerio de Zamora.
El 25 fueron asesinados los hermanos José Manuel y Julián
López García y Evaristo Peláez Pérez, en una saca en la que murieron diecisiete
detenidos.
El 29 de septiembre, Ignacio Barrios Pablo fue sacado de la
cárcel de partido de Toro por el sargento Luis Varela, junto a otros diez
detenidos, todos los cuales fueron asesinados.
El 30 de
septiembre, Julio Corredera García fue sacado de la cárcel de Zamora con el pretexto
de traslado a Bermillo y “encontrado muerto” en el cementerio de Zamora junto a
otras trece personas.
El 9 de
octubre fue asesinado Juan Manuel Villalpando Riego, en una saca de nueve
detenidos, la mayoría procedentes de Muelas del Pan y Cerecinos del Carrizal.
El 15 de octubre, tras ser sacados de la cárcel,
supuestamente con destino a Bermillo, fueron asesinados Manuel Baladrón Casado
y su hijo Cándido Baladrón Maderal, en un grupo de nueve detenidos de Zamora,
Villalba de la Lampreana y San Miguel del Valle, alguno de los cuales también
llevaba el apellido Baladrón, no sabemos si por parentesco con ellos dos o por
casualidad.
Al día siguiente murió Manuel Carpintero Dueñas en una saca
de ocho detenidos.
Inocencia Escribano García, enterrada el 1 de diciembre en el
cementerio de Zamora junto a otros seis detenidos, es la última vecina de
Olivares de cuyo asesinato tenemos conocimiento.
En 1937 fue encarcelado Gerardo Corredera García, hermano
mayor de Julio.
Balance de víctimas
Los
asesinados en la calle Abrazamozas son:
-
Inocencia
Escribano García, 44 años, sus labores (C/ Abrazamozas, 1), asesinada el
01/12/1936.
-
José
Manuel López García, de 19 años, albañil, natural de Villavieja de Yeltes
(Salamanca), (C/ Abrazamozas, 1), asesinado el 25/09/1936.
-
Julián
López García, de 17 años, albañil, natural de Moleras del Pan (Salamanca), (C/
Abrazamozas, 1), asesinado el 25/09/1936.
-
Julio
Corredera García, de 16 años, hijo de Ángel y Concepción (C/ Abrazamozas, 2),
asesinado el 30/09/1936 (su hermano Gerardo, de 24 años, jornalero, domiciliado
en Abrazamozas, 2, encarcelado en 1937).
-
Miguel
Gómez Álvarez, 48 años, botero, natural de Vezdemarbán, casado con Cecilia
Muñoz Angulo y con cinco hijos (C/ Abrazamozas, 3), asesinado el 18/09/1936 en
Toro.
-
Antonino
Cabañas Bernardino, 47 años, zapatero y ordenanza de los Jurados Mixtos (c/
Abrazamozas, 5), casado y con 6 hijos, miembro del PSOE, asesinado el
02/09/1936 (también fue asesinado su primo Benito Cabañas Jambrina, presidente
de la Sociedad de Carpinteros y tesorero del Comité Ejecutivo de la Federación
Local de Sociedades Obreras, residente en la C/ de La Hiniesta).
-
Antonio
Higuera Vara, de 41 años, casado y con 4 hijos, casado con Carmen Cabañas
Bernardino, albañil (C/ Abrazamozas, 5 ), asesinado el 21/09/1936.
-
Manuel
Carpintero Dueñas, de 49 años, viudo con una hija a su cargo, jornalero (c/
Abrazamozas, 5), asesinado el 16/10/1936.
-
Faustino
Martín Martín, de 26 años, hijo de Prudencio y Luisa Martín, asesinado el
17/10/1936 (c/ Abrazamozas, antes en c/ Nueva).
Otros
vecinos de Olivares:
-
Ángel
Salvadores Franco, electricista de 54 años, del PSOE, casado con Vicenta Leal,
con un hijo (C/ Trascastillo, 4), asesinado el 04/08/1936 (también fue asesinado su primo Quirino Salvadores Crespo,
concejal del Ayuntamiento de Zamora y diputado en las Cortes constituyentes,
con domicilio en la C/ de las Damas).
-
Narciso
Jordán Cubero, n. de Venialbo, jornalero de 25 años, casado con Donatila
Almeida Morejón (C/ Trascastillo, 20), asesinado el 25/08/1936.
-
Enrique
Fernández García, albañil de 19 años, hijo de Luis Fernández Martín y María
García Fernández (C/ Trascastillo, 22), asesinado en Toro el 13/09/1936.
-
Antonio
Jorge Iglesias, jornalero de 27 años, casado con Tomasa Aliste Calvo y con dos
hijos (C/ Santiago, 3 y luego C/ Trascastillo), hermano de paso de la Cofradía
del Santo Entierro, asesinado el 16/09/1936.
-
Tristán
Maíllo Lagares, natural de Jambrina, de 26 años, jornalero, secretario de la
Sociedad de Obreros Agrícolas de Zamora y vocal de los Jurados Mixtos del
Trabajo Rural, casado con Brígida Crespo Ramos (C/ Nueva, 8), asesinado el
09/08/1936.
-
Evaristo
Peláez Pérez, encuadernador de 32 años, miembro de la Sociedad Deportiva Obrera
(antes C/ Sol, 7 y antes C/ Nueva, 17), casado con Fabriciana Lorenzo y con una
hija, asesinado el 25/09/1936.
-
Ignacio
Barrios Pablo, empleado de 29 años, natural de Monfarracinos, de la JSU, casado
con Guillermina Tascón Maderal (C/ Rodrigo Arias, 21), asesinado el 29/09/1936.
-
Trinidad
Esteban Bailón, pintor de 17 años, hijo de José Esteban Salvador (¿y de Anita
Bailón Domínguez?) (C/ Rodrigo Arias, 22), de la JSU, condenado a 15 años por
“auxilio a la rebelión” y asesinado el 17/09/1936.
-
Rafael
Ramos Barba, jornalero de 19 años (c/ Cabildo), hijo de Juan Ramos y Paula
Barba, asesinado el 25/05/1936.
-
Amador
Villalpando Riego, transportista de 26 años, natural de Moraleja del Vino, de la
CNT (C/ Cabildo, 8), asesinado en Toro el 25/08/1936.
-
Juan
Manuel Villalpando Riego, jornalero de 35 años, natural de Moraleja del Vino,
de la CNT (C/ Aceñas, 23), asesinado en Zamora el 09/10/1936.
-
Manuel
Baladrón Casado (C/ Aceñas, 21), jornalero de 56 años, casado con Inés Maderal,
con dos hijos, asesinado el 15/10/1936 (supuesto traslado a Bermillo)
-
Cándido
Baladrón Maderal (C/ Aceñas, 21), albañil de 23 años, hijo del anterior, asesinado
el 15/10/1936 (supuesto traslado a Bermillo). Su hermano Alfonso, herrero de 25
años, había sido detenido ya en 1934 tras un enfrentamiento con falangistas.
-
Isaac
Antón González, jornalero de 52 años, casado con Juana Herrero y con seis hijos
(C/ Aceñas, 12), asesinado en Zamora el 08/09/1936 (supuesto traslado a Bermillo).
-
José
Álvarez Luis (plaza de la Iglesia), carpintero de 46 años, casado con María
Ruiz Arias y con seis hijos, asesinado en Zamora el 08/09/1936 (supuesto
traslado a Bermillo).
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