LEÓN DE LA VEGA RODRÍGUEZ (1896-1936): ALCALDE DE VILLARRÍN DE CAMPOS Y DIPUTADO PROVINCIAL
Nació en Villarrín de Campos, en 1896,
en el seno de una familia de pequeños propietarios, que además tuvo otros tres
hijos: Ramón, Antonio y Tomás. Tuvo un hijo, Luis (nacido en 1930) y una hija,
Marcelina (nacida en 1932).
En junio de 1931 participó en la
constitución de la Sociedad de Profesiones y Oficios Varios de Villarrín, de la
que fue elegido vicesecretario mientras otro de sus hermanos, Tomás, fue vocal.
Los otros cargos fueron ocupados por Francisco Ferreras (presidente), José
Merino (vicepresidente), Ismael Cuadrado (secretario), Manuel Ferreras
(tesorero), Leoncio Flórez (contador) y, como vocales, José Alonso, Segundo
Martín, Quintín Martínez, Matías Ferreras y Pablo Carnero. La Sociedad fue el
vehículo de las reivindicaciones de los jornaleros del campo de Villarrín, que
en el verano de 1931 sostuvieron una huelga de nueve días y en el de 1932, otra
de seis días.
Al acabar 1932, la Sociedad
contaba con 51 afiliados. Francisco Ferreras falleció en agosto de 1933, y tuvo
un entierro multitudinario, al que asistieron representantes de sociedades
obreras de localidades vecinas y en el que intervinieron como oradores León de
la Vega, Leoncio Flórez y Enrique Álvarez. La Voz del Trabajo se hizo eco de
esta demostración de fuerza, donde el desfile de centenares de obreros bajo las
banderas de sus sindicatos las banderas crearían un cuadro que sin duda debió
constituir una imagen alarmante para los ambientes patronales y conservadores.
En enero de 1933 se constituyó
una gestora municipal para sustituir al ayuntamiento elegido en abril 1931, que
había sido designado según el artículo 29 de la ley electoral por falta de
competencia. A León de la Vega le correspondió la presidencia de la gestora,
con lo que se convirtió en el primer alcalde comunista de la provincia de
Zamora. Su mandato duró hasta las elecciones del 23 de abril de ese año, en las
que obtuvo 155 votos y un puesto de concejal, en una corporación de mayoría
derechista con cuatro concejales de Acción Popular, dos del Partido Republicano
Conservador, dos socialistas y el propio León como único concejal de la
candidatura denominada Acción Obrerista. En aquellos momentos, Acción Popular
contaba en Villarrín con una de las agrupaciones más importantes de la provincia
en cuanto a número de afiliados, lo que nos da una idea de la importancia la
derecha católica tenía en esta localidad. Por otra parte, se trataba de una
derecha que no dudaba en emplear medios violentos: pocas semanas después de las
elecciones, el afiliado de Acción Popular Ángel Calzada fue detenido por herir
de gravedad a Carlos Cuadrado, miembro de la Sociedad Obrera (que sería
asesinado en 1936).
Tras la victoria del Frente
Popular en las elecciones generales de febrero de 1936, y a la espera de unas
nuevas elecciones municipales que no se llegarían a celebrar, se nombró una
gestora municipal, presidida nuevamente por León de la Vega. La nueva gestora
tuvo que afrontar el problema endémico del paro estacional, que seguía afectando
al menos a sesenta obreros de la localidad y que se trataba de paliar con la
realización de obras públicas como el arreglo de caminos. En abril tuvo que
afrontar una huelga convocada en el curso de la negociación de los jornales
para la próxima recolección.
Asimismo, en la Diputación
Provincial se nombró una gestora afín a la nueva mayoría parlamentaria. Inicialmente,
todos los diputados nombrados pertenecían a Izquierda Republicana, pero en
marzo se acordó adaptar la composición de la gestora a la pluralidad de fuerzas
del Frente Popular, y el día 21 de marzo se hizo público el nombramiento de
León de la Vega como diputado, con lo que la gestora quedó formada por Gonzalo
Alonso Salvador, Benedicto Carreras Pelayo, Saturnino Barayón Hernández, Pablo
Lorenzo Conde, León de la Vega, Antonio Calvo y Salvador Martínez Tocino (los
cinco primeros serían asesinados en los meses de agosto y septiembre, al igual
que uno de los dimitidos en marzo, Higinio Merino). Tras su toma de posesión
como gestor, el 24 de marzo León de la Vega se incorporó a las comisiones de Personal
y de Construcciones, Vías y Obras, y a la nueva comisión especial de caminos
vecinales. Desde la Diputación gestionó una subvención de 500 pesetas para material
y mobiliario del nuevo grupo escolar solicitado por el ayuntamiento de
Villarrín, una de mil pesetas para arreglo de fuentes y reparación de la red de
abastecimiento de agua y trató de promover la reparación de la carretera entre
Castronuevo y Villafáfila, cuyo tramo de 5 kilómetros al paso por Villarrín fue
objeto de reparaciones que pretendían de paliar el paro estacional de los
jornaleros.
El 14 de mayo León denunció haber
sido amenazado por fascistas del pueblo, que como veremos, cumplirían finalmente
sus amenazas. El 17 de julio tuvo que afrontar una tumultuosa reunión de la
comisión mixta de trabajo rural en la que los patronos se negaron a reconocer
la validez de la constitución de la comisión, y el alcalde, como presidente,
tuvo que imponer un horario provisional para las tareas de la siega.
El 18 de julio, al conocerse la
noticia del intento de golpe de estado (que todavía no se había hecho efectivo
en Zamora), se convocó una reunión de la Sociedad Obrera, a la que asistieron
socialistas y comunistas y en la que se acordó patrullar las calles y accesos
del pueblo en defensa del régimen democrático. Al parecer, Ramón de la Vega,
hermano de León, fue designado para dirigir la patrulla. Aun así, esta patrulla
vecinal no opuso resistencia cuando finalmente el pueblo fue ocupado por los
golpistas.
Entre tanto, León había decidido
acudir a la Diputación, para lo que se dirigió a la estación de la Tabla, con
la intención de tomar el tren para Zamora. El factor de la estación lo
convenció del peligro que corría en la capital y el ofreció su casa, en las
afueras del pueblo, para que se ocultara. León aceptó y envió recado a su
familia para que lo supieran.
El 10 de agosto, la guardia civil
de Villafáfila detuvo a numerosos vecinos de Villarrín acusados de haber
formado parte de la patrulla vecinal y los trasladó a las cárceles de Benavente
y Zamora. Sin embargo, en los registros apenas se encontraron unas pocas
escopetas de caza, de manera que la mayoría de los objetos que serían señalados
como “armas” eran cuchillos y hoces. La familia De la Vega fue presionada para
que revelaran el paradero de León pero no hablaron. Sin embargo, una vecina del
pueblo que visitaba a la esposa del guardagujas de la estación descubrió la
presencia del diputado en casa del factor y lo delató.
Tras ser detenidos, León y el
factor fueron apaleados en el ayuntamiento de Villarrín. El ferroviario fue
trasladado a la cárcel de Zamora, mientras que León, junto a Felipe Martínez de
Uña, vecino de Villafáfila, y otro detenido de Villalba de la Lampreana, cuyo
nombre no nos ha llegado, fueron trasladados al Puente de Quintos, donde fueron
torturados brutalmente, tiroteados y arrojados al río Esla. Unos días más
tarde, sus cadáveres mutilados fueron recogidos del río y conducidos en un
carro al cementerio de Faramontanos, donde se los enterró en una fosa común.
Otros muchos detenidos de
Villarrín corrieron una suerte parecida. Varios de ellos fueron trasladados a
la cárcel de Benavente, de donde fueron sacados para asesinarlos Eliseo Alonso
Alonso, de 29 años, Ismael Cuadrado Barcia, de 26 años, Quintiliano García
Bodego, de 25 años, Domingo Justo Pozuelo, de 31 años, Tomás de la Vega, de 38
años (el 4 de noviembre), y Antonio de la Vega, hermano menor de León, de 21
años, Ángel Cuadrado Barcia, de 31 años, Basilio Cuadrado Domínguez, de 61
años, Gregorio Ferreras Flórez, de 23 años, Victorino Ferreras Parras, de 27
años, el 6 de noviembre, y Elidio Ferreras Vaquero, de 40 años, el 12 de
noviembre; Demetrio Robles Fernández, de 37 años, el 19 de noviembre;
La mayoría de los detenidos
fueron trasladados a la cárcel de Zamora, de la que el 3 de septiembre fue
sacado, para asesinarlo en el cementerio de la ciudad, Orencio Herrero Llamas,
de 21 años, y el 26 de octubre, Antonio
Pintado Calvo, de 35 años-
En Zamora se instruyó una causa
contra los componentes de la patrulla vecinal convocada el 18 de julio, que
para fundamentar las graves acusaciones formuladas contra ellos fue denominada
“guardia roja”. Ramón Vega (o de la Vega), de 20 años, fue condenado a muerte,
y otros diez componentes de la patrulla a treinta años de prisión. Ramón fue
fusilado el 22 de diciembre, coincidiendo con una saca de once vecinos de
Villafáfila. Los otros diez obreros de Villarrín condenados a penas de prisión
fueron asesinados en sucesivas sacas disfrazadas bajo la formalidad de
traslados a Bermillo o Puebla de Sanabria: el día 23 de diciembre fue
“encontrado muerto”, José Merino de la Prieta, de 34 años, junto a otros cuatro
vecinos de Villafáfila y Revellinos, y el 3 de enero de 1937, Gaspar Alonso de
la Puente, Enrique Álvarez González, de 47 años, Carlos Cuadrado Barcia, de 28
años, Jacobo Ferreras Flórez, de 24 años, Leoncio Flórez Alonso, de 39 años,
los hermanos Arcadio Noé y Joaquín Flórez Carnero, de 35 años, Tristán García
Martín, de 21 años, y José Martín Linacero.
Posteriormente, la Comisión de
Incautación de Bienes instruyó dos procedimientos de responsabilidades
políticas (los expedientes 134/1937 y 539/1937) contra 25 vecinos del pueblo,
de los que 21 habían sido asesinados, y en el que no se incluía a León de la
Vega. Los anuncios de sobreseimiento de ambos procedimientos se publicaron
(para los diferentes encausados) entre 1943 y 1945.
Fuentes:
Lara Díaz y Serrano, Alfonso,
Prejuicios de la guerra civil española, Zamora, edición del autor, 2009, de
donde proceden las fotografías incorporadas a este artículo y el relato del
asesinato de León.
Mateos Rodríguez, Miguel Ángel,
“La guerra civil”, en Historia de Zamora, volumen III, Zamora, IEZ Florián de Ocampo,
2001, extracta las acusaciones contra los vecinos de Villarrín sometidos a
consejo de guerra en 1936.
Trancón, Francisco, Villarrín en
la Tierra de Campos, Zamora, Diputación, 1990, no contiene referencia alguna a
León de la Vega pero sí a la Comisión Mixta del Trabajo Rural, aunque
confundiendo sus funciones con las de la gestora municipal.
La Voz del Trabajo, 13 de agosto
de 1933, entierro de Francisco Ferreras.
La Tarde (varios números de marzo
a mayo de 1936).
Actas de la Diputación Provincial
de Zamora.
Eduardo Martín González, 11 de agosto de 2016
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